La pintora ferrolana, discípula de Ricardo Segura Torrella y de José González Collado, inauguró ayer una exposición de sus obras en el Ateneo
Dice Maribel Garrote que, en su faceta de maestra, a veces le parece que exagera en su afán por transmitir a los niños su amor por la pintura. Ayer inauguró su primera exposición en el Ateneo Ferrolano, y ésta es la segunda vez que expone individualmente en Ferrol.
-¿Qué tiene de especial esta muestra en el Ateneo?
-La verdad es que me hace muchísima ilusión exponer en este centro, y además estoy encantada con la colaboración y el trabajo que están realizando para la exposición.
-Aunque siempre ha pintado, no le gustaba decirlo. ¿Por qué este respeto?
-Porque me parecen palabras mayores. Yo siempre he pintado, pero no empecé en serio hasta que entré en las clases de Ricardo Segura Torrella. Allí me di cuenta de que no tenía ni idea, y aprendí a dibujar.
-No es el único maestro ferrolano que ha tenido…
-No, a la muerte de Segura, y cuando González Collado volvió a Ferrol, empecé a ir a clases de acuarela con él, y llevo ya cuatro años. Es una suerte estar a su lado, porque tiene pasión por la pintura y por enseñar, no se guarda nada, te pone los pies en la tierra… Con él te das cuenta de que hay mucho camino que recorrer.
-¿Qué le han enseñado Segura y Collado?
-A salir a pintar. Que hay que sufrir las inclemencias del clima para que luego la pintura tenga alma. Siempre que puedo pinto al natural. Me encanta pintar las casas modernistas de Ferrol, que es un modelo estupendo para pintar acuarelas.
-¿Por qué es tan importante esta técnica para usted?
-Me gusta mucho: la belleza de una acuarela es la transparencia. Para ello, necesita un trazo firme, pero suelto. Además, te ayuda a controlar después cualquier otra técnica, precisamente porque es delicada: tiene que salir a la primera, y es rápida.
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