Cuadernos
Yo les llamo libros de artista, cuadernos de viaje, acuarelibros…
No es que yo invente nada. Desde siempre, los pintores usaron cuadernos para hacer bocetos, tomar apuntes cuando en un viaje algún rincón nos gusta o sencillamente te juntas con un colectivo de Urban Skechers para hacer dibujos “frescos” de un rincón, de un espacio en una ciudad, en compañía…
Yo soy más partidaria de hacerlo en soledad. Pocas veces me uno a un grupo para dibujar o pintar. Pero llevo siempre mi cuaderno allá donde voy.
Precisamente los Moleskines que no son otra cosa que cuadernos de artista, de bolsillo, lejos de desaparecer, están cada vez más de moda.
Dibujar y pintar en un cuaderno produce al principio cierta presión. Pero cuando te acostumbras puedes hacer cosas muy “a la prima” que tienen gran belleza. Y no dejan de ser un “diario” con imágenes que “hablan” de aquel momento en que tus sentidos se confabularon para plasmarlo.
Existen auténticas obras de arte. Yo, sin llegar a ese extremo, realicé algunos e incluso participé en alguna exposición de cuadernos artísticos elaborados en continente y contenido.
A mí me parecen muy bonitos, aún cuando ves errores y tachaduras porque manifiestan la lucha del pintor con la técnica. Al fin son cuadernos de trabajo.
Cada vez los uso más y reconozco que los cuadernos artesanos hechos con buenos papeles, me encantan y pintar en ellos es una enorme satisfacción.
Soy muy partidaria de hacer dibujos o pinturas en un pequeño cuaderno.